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Bruselas advierte a España de que seguirá tutelada por su elevada deuda pública

La Comisión recuerda que seguirá vigilando el endeudamiento una vez se salga del procedimiento de control del déficit

Antonio Maqueda

La Comisión Europea advierte a España de que la austeridad no acabará con el fin del Procedimiento de Déficit Excesivo, el programa de tutela para los países con las finanzas públicas descontroladas. En su informe sobre el Plan de Estabilidad del Gobierno, Bruselas explica que una vez acabada esta vigilancia en 2018, España seguiría tres años más teniendo que cumplir con los criterios de reducción de deuda. Pero el problema reside en que en Europa hay muchos países con deudas elevadas y políticamente sería difícil aplicar esta disciplina a todos.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, conversa con el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, conversa con el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici.OLIVIER HOSLET (EFE)

El Gobierno confía en la recuperación para que el déficit público descienda por debajo del 3% del PIB el año que viene. Una vez se haya bajado de esa cifra, España saldrá del llamado Procedimiento de Déficit Excesivo, el programa disciplinario que Bruselas impone a los países que presentan dificultades para controlar sus cuentas. Al igual que ha sucedido con Portugal, el Ejecutivo de Rajoy se quitaría de encima a los hombres de negro y tendría las manos libres para diseñar su política y repetir machadas tales como bajar impuestos en vísperas de elecciones. No obstante, en su valoración del Programa de Estabilidad, la Comisión advierte a España de que el control del gasto no acabará con el fin del Procedimiento de Déficit Excesivo.

“Como la deuda de España en 2018 está proyectada en el 98,5% del PIB, lo que excede del 60% acordado en el Tratado, España también estaría sujeta a los arreglos para cumplir con la ratio de deuda durante los tres años siguientes a la corrección del déficit excesivo”, reza el documento de análisis del Plan de Estabilidad publicado junto a las recomendaciones emitidas por Bruselas. Y añade que durante ese periodo se “debería asegurar el suficiente progreso hacia el cumplimiento”.

¿Y qué significa eso? Los tratados europeos contemplan que los países que acumulan más deuda que el 60% del PIB deben reducir una veinteava parte del exceso de deuda cada año. Como España tiene 40 puntos de más, tendría que recortarla a razón de dos puntos de PIB al año, una meta en principio bastante exigente y que obligaría a seguir ejerciendo una contención férrea del gasto público.

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La evolución de la deuda sobre PIB depende de tres factores: el saldo de déficit o superávit; el tipo de interés y el crecimiento económico. Si la economía crece mucho y los intereses son bajos como ha ocurrido ahora, se puede incluso bajar la deuda a pesar de que se registre un déficit muy elevado del orden del 4% del PIB. De hecho, el endeudamiento ha disminuido un punto de PIB en los dos últimos años pese a que en ese periodo la deuda engordó en términos absolutos. En concreto, descendió desde el 100,4% del PIB en 2014 al 99,4% al cierre de 2016. Y eso con la deuda subiendo en 32.270 millones en 2015 y en 33.085 millones en 2016. Es decir, podría hacerse con un crecimiento alto y unos tipos bajos.

Sin embargo, estas condiciones no se repetirán siempre. En algún momento el BCE dejará de comprar deuda y los tipos pueden repuntar. Además, los analistas esperan que el crecimiento pierda algo de velocidad. Así que sería necesario mantener siempre el equilibrio presupuestario, un hecho cada vez más difícil con el envejecimiento de la población presionando al alza sobre el desembolso en pensiones. Y así lo apuntan los análisis de sostenibilidad de la deuda que han realizado la Comisión y la Autoridad Fiscal, que sostienen que la deuda seguirá alta durante mucho tiempo.

La legislación europea contempla la posibilidad de que se abra un procedimiento de control de la deuda similar al que hay para el déficit. Y precisamente eso ya se está aplicando a Italia, cuyos pasivos suman el 130% del PIB. Sin embargo, la mayoría presenta una deuda elevada. Varios rondan el 100%. Así que no parece políticamente factible empezar a meter un país tras otro bajo este programa. No se ha hecho con Portugal, que acaba de escapar del brazo de déficit. También parecería extraño tutelar de nuevo a España, que se pone como ejemplo de que las políticas de Bruselas funcionan. De momento, la advertencia se queda en algo a futuro y, por tanto, vaporosa.

6.612 millones devueltos del rescate bancario

España ha devuelto al mecanismo de rescate europeo 6.612 millones de los 41.333 millones que se tomaron para el rescate bancario. Estos desembolsos se han realizado de forma anticipada, pues las condiciones del préstamo no contemplaban que empezasen las amortizaciones hasta el 2020. El ministro Luis de Guindos ya ha anunciado que pretende reintegrar otros 3.000 millones en los próximos días. España seguirá en vigilancia post-programa hasta que abone el 75% del préstamo.

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Sobre la firma

Antonio Maqueda
Periodista de la sección de Economía. Graduado en Periodismo en la Universidad de Navarra y máster por la Universidad de Cardiff, ha trabajado en medios como Cádiz Información, New Statesman, The Independent, elEconomista y Vozpópuli.

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